
El celo del lince se constituye en un gran reclamo turístico en la serranía andujareña
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Las peleas de los machos para copular con las hembras atrae un gran número de visitantes y genera un turismo de calidadJOSÉ CARLOS GONZÁLEZ
CORRESPONSAL
Lunes, 20 de enero 2025, 14:02
La extensa y prolífica biodiversidad que ofrece el parque natural Sierra de Andújar y su amalgama de especies protegidas, reservan fenómenos naturales unívocos y fastuosos, que singularizan a este espacio protegido, que ha alcanzado fama mundial y que ha conseguido captar el interés de los más reputados naturalistas.
Uno de estos fenómenos se produce en los albores de este invierno, el celo del lince ibérico, que desemboca en peleas de los machos para copular con la hembra. Este hecho puede llegar a prolongarse hasta principios de febrero, aunque la etapa más intensa es la de últimos de diciembre y las primeras semanas del mes de enero. Es un hecho que capta el interés de turistas y estudiosos, como sucede con la berrea en los comienzos del otoño. «En el caso del celo del lince, cambian por completo los estímulos porque en este caso hace falta que el invierno sea frío y en el caso de la berrea del ciervo el estímulo es la lluvia», explica la bióloga y educadora medioambiental, Silvia Medina.
Aullidos
En el fenómeno del celo del lince, machos y hembras van dejando en el monte su olor, y se oyen entre el matorral los desgarradores aullidos a modo de llamada. Luego, los partos se producen entre marzo y abril, y suelen nacer entre uno y cuatro cachorros, circunstancia esta que favorece la extensión de un felino, que hace dos décadas estaba en un estado muy crítico de extinción.
Las empresas turísticas aprovechan este fenómeno para hacer rutas por el entorno serrano. Silvia Medina señala que en la época de celo los animales suelen estar más activos, «se escuchan los maullidos y están más pendientes de buscarse para la cópula y no están pendientes para otras cuestiones», detalla Medina. Por eso, añade, esta es la mejor época para el avistamiento de los linces, «cuando en otras épocas del año no son tan fáciles de ver», ataja. El frío propicia que los animales estén más activos.
Los sitios para ver esta práctica suelen ser los territorios donde habitan las hembras, adonde acuden los machos en busca de su conquista, y además, para quedarse con su territorio. Incluso en esta época se suelen ver peleas de machos. La zona de Los Escoriales y todo el entorno del embalse del Encinarejo, son los predominantes para ver esta práctica, que atrae a turistas españoles y extranjeros, como holandeses, franceses, italianos, alemanes. El celo del lince propicia en el municipio un turismo de calidad y respetuoso con el medio ambiente, porque aparte de que se llenan los hoteles y casas rurales, suelen ser viajeros con un gran poder adquisitivo que prolongan su estancia durante varios días. En estos días se suelen formar grandes caravanas en la sierra para el avistamiento del celo del lince, sobre todo en los observatorios instalados en la carretera de La Lancha, que baja al pantano del Jándula», que precisa de un gran arreglo por el gran estado de deterioro que presenta.
El celo del lince refrenda a Andújar como lugar referente para la conservación del lince ibérico, porque tanto los parques naturales de Andújar y de Cardeña-Montoro, son los que mantuvieron al lince en la época más complicada y fueron los lugares donde se expandieron a otras zonas de la Penínsuba Ibérica, cuando se encontraba en si situación más crítica y peliaguda.
Eco turismo
Este fenómeno también motiva el desarrollo de la caza fotográfica, una modalidad que combina el respeto medioambiental con la difusión turística del entorno, y que casa con el modelo que se quiere implantar en la zona. Medina lo denomina eco turismo. Esta experta concreta que los inviernos cada vez más cálidos, retrasan este celo tan fascinante como singular.
La escasez de conejos en la sierra representa un problema para el lince
Las políticas de repoblación de conejos en el parque natural Sierra de Andújar, es la que ha permitido la salvalción del lince. Silvia Medina proguna que se vuelva con esta línea de actuación, ya no solo por el lince, sino por las aves rapaces que se sirven del conejo para su sustento y supervivencia.
Vicente Laguna, fotógrafo de naturaleza, avisa de que la pandemia que afectó al conejo, provocó una escasez de conejos en la sierra, que se han trasladado a las zonas de la campiña y en los montes de Toledo, por lo que los linces se están yendo a allí, «la gente va a estos sitios, y Andújar puede perder visitantes y dejará de ser la cuna del lince, sino se pone remedio», alerta.
También propone que se reguralicen las visitas, para evitar la presión de la gente sobre el celo del lince. Laguna se está encargando de propagar las bondades del celo del lince a través de las redes sociales. Propone la Universidad de Jaén investigue sobre el tema de los conejos. Por ejemplo también pide la creación de majanos y centros de crías de conejos en la serranía andujareña para que el conejoprolifere en la zona.
Vicente Laguna constata que el lince ibérico concita mucho turismo internacional y riqueza, que avisa, se puede perder.
Por otra parte, desde la concejalía de Medio Ambiente se afirma que la población del lince se ha estabilizado en la serranía andujareña. El edil del Medio Ambiente, Emilio Rodríguez dice que este año se ha adelantado el celo.
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