La cancelación de Anducab deja un vacío anímico y moral, aparte del perjuicio económico
Ganaderos y personas implicadas en la organización van a luchar para que el concurso no pierda su prestigio
JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ
Viernes, 4 de septiembre 2020, 13:24
La no celebración de Anducab (prevista este año del 3 al 6 de septiembre) ha dejado sus consecuencias económicas devastadoras y un vacío anímico, porque ganaderos y organizadores habían establecido una relación muy afectiva y familiar con la ciudad a través del evento, que testifica su arraigo con el mundo del caballo. Eso sí, casi la mayoría coincide en señalar que pese a las consecuencias negativas que deja la no celebración de este evento, la suspensión ha supuesto «un acierto», con el riesgo que ello comporta de cara a la posible pérdida de pedigrí, algo de lo que dicen no están dispuestas a consentir.
Lina Chica Aguayo es en la actualidad la máxima exponente de la empresa que desde los inicios de Anducab (allá por el 2004) y hasta 2016 patrocinó el concurso morfológico del caballo de pura raza española. Para ella sí ha sido una pena que se haya suspendido al entender que otros certámenes si se van a desarrollar. «Lo que prima es la calidad del caballo y es necesario que las ganaderías se presenten y den a conocer sus potros para que se conozcan entre ellos y puedan seguir funcionando». Lina hace esta afirmación porque ha percibido que en los últimos años se ha dado más valor al espectáculo y a la cantidad. «Algunas ganaderías han dejado de venir y sí ahora no se celebra, puede perder Anducab su posición porque en otros sitios si se van celebrar», teme.
Francisco José Sequera (más conocido en el argot del mundo ecuestre como Paco Pepe y ligado a una dinastía unida consustancialmente en la ciudad al caballo» cataloga de «ruina» la no celebración de Anducab. «Nosotros en Anducab enseñábamos el ganado para que loe viera la gente, porque era una forma de hacer nuestro mercado», señala Francisco José. Agrega que también les suponía un trabajo extra preparar los caballos para el certamen. «Por ejemplo tu caballo queda bien, y lo están viendo por todo el mundo», subraya.
Escuela de Equitación
Francisco José es responsable además de la Escuela de Equitación de la ciudad que ha perdido actividad. «La gente recorta en época de crisis en los lujos y el ocio», reseña. Más de la mitad de los alumnos que quieren aprender a montar a caballo se le han quedado en el camino por culpa de la pandemia. A su escuela vienen también gente de pueblos de alrededor. Rafael Antón es un hostelero muy vinculado al mundo del caballo. Además venía montando el bar en el recinto. Cataloga de desastre económico y anímico para Andújar el que no se celebre Anducab. «Porque es una fuente de ingresos para la hostelería en el mes de septiembre y atrae mucha gente». Entiende que la decisión de la suspensión es difícil y no le gustaría estar en la piel de las personas que toman la opinión final. «Los ganaderos tenían ganas de venir e incluso tenía reservas, pero claro, luego esta el problema de los posibles contagios». Eso sí, desde este ánimo y sentimiento de comprensión por la cancelación del concurso se hace eco de la preocupación de su compañeros de la hostelería, que ven como se han ido al limbo este año.
Miguel Buendía, uno de los organizadores y el encargado de la presentación de los caballos ahonda en la entidad propia que ha adquirido Anducab y lamenta los perjuicios económicos para la ciudad que conlleva la suspensión. «Anducab y Andújar ya forman parte de mi vida porque son muchos años los que llevo vinculado a la ciudad y vamos a luchar para que siga siendo un referente, porque esta crisis sanitaria pasará», proclama. Buendía teme que la celebración de algunos certámenes le quiten el renombre a Andubab.
Cristina Martínez representa a la ganadería local Los Barrios, que suele participar todos los años en Anducab. «A nosotros nos interesa que se celebren los concursos y al no sacar los caballos la venta no es la misma». Apunta a que Anducab ha servido de revulsivo a los ganaderos ecuestres del municipio iliturgitano, donde se ama al caballo.
El dolor y comprensión de un sonsecano-iliturgitano
El toledano de Sonseca, Juan López-Rosado, participa con su yeguada en Anducab. Entiende que por mucho que duela suspender acontecimientos. «La prioridad es acabar con el virus y evitar los contagios». Se muestra partidario por tanto, de la no celebración y eso, que como dice Andújar tiene una repercusión mundial por el caballo. Además ama a Andújar por los cuatro costados. «Me siento un sonsecano-iliturgitano».
Le profesa un gran amor a Andújar por el cariño que le han brindado sus gentes. Además, le impactó desde pequeño, cuando pasaba de pequeño por la ciudad acompañando a su padre que se dedicaba a la comercialización de prendas de textiles. «Es impresionante el marco de las fuentes de Colón y el marco de Anducab», ensalza. Juan considera que la mejor manera de expresar el amor por Andújar y Anducab es «esperar un año más, para recibirlo con más ganas» insta.
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