Los actos de la Inmaculada serán muy solemnes y recogidos y no habrá procesión
COFRADÍAS ·
La Corporación Municipal hará la renovación del voto durante la Misa del día 8 de diciembre que será a puerta cerradaJOSÉ CARLOS GONZÁLEZ
ANDÚJAR
Sábado, 21 de noviembre 2020, 12:19
Los cultos y actos en honor de la Inmaculada Concepción, que organiza su cofradía que se impulsó en los inicios de la década de 1980, están marcadas por las normas sanitarias que motivan la Covid-19, por lo que en la agenda figuran importantes y reseñables novedades respecto a otras ediciones.
Entre los días 28 de noviembre y 6 de diciembre, se celebrará la novena y la exposición del Santísimo a partir de las siete de la tarde en la capilla del convento de las Madre Trinitarias. La Eucaristía estará oficiada por el clero de Andújar y la Comunidad Trinitaria. Solo podrán asistir un máximo de 33 personas por las restricciones impuestas por las autoridades.
Vigilia
El día 7 de diciembre se va celebrar la vigilia de la Inmaculada, a partir de las 19:30 horas, que estará predicada por el párroco de San Bartolomé y Cristo Rey, Idelfonso Rueda Jándula. La Misa estará cantada por la Comunidad de Monjas Trinitarias.
El día 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, el arcipreste de la ciudad y consiliario de la cofradía, Pedro Montesinos, presidirá la Eucaristía, donde volverán a cantar la Comunidad de Monjas Trinitarias. Terminará la Misa con el rezo del 'ángelus'. La Misa será a puerta cerrada y será retransmitida en directo por Canal 45 Televisión. Este año no se va a celebrar la procesión por las calles de la ciudad el día 8 de diciembre.
Ese mismo día, la Corporación Municipal hará la renovación del voto durante la Misa. Para entender este hecho hay que remontarse al año 1679, cuando la monja trinitaria Sor Lucía Yáñez vaticina una mortífera epidemia de peste que se hizo presente al año siguiente y que llevó al Ayuntamiento a hacer voto perpetuo de la Inmaculada Concepción, para que no se volviera a repetir la enfermedad, al ser ésta una de las condiciones impuestas por la Virgen a la monja. A partir de entonces, el convento de las trinitarias contemplativas fue escenario de su renovación anual.
Cuentan los historiadores y la leyenda que la Virgen le dijo a Sor Lucía que la forma de remediar los males que padecería la ciudad era reformar el Estado Eclesiástico, el destierro de las comedias y representaciones ilícitas y la celebración anual del día y fiesta de la Octava de mi Purísima Concepción en el templo, que en España empezó a ganar celebridad en el siglo XVIII gracias al Papa Clemente XIII.
El Ayuntamiento tuvo que intervenir para remediar los males que se presagiaron para la ciudad, a la par que el culto a la Inmaculada Concepción se fue extendiendo en la ciudad, de ahí que en la procesión salga todos los años la Corporación Municipal bajo mazas. El trabajo conjunto que hoy realizan la Hermandad de la Inmaculada y el Consistorio recogen el testigo de aquel presagio mirífico, que libró a la ciudad del desastre.
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