Muy activos, pese al confinamiento

En este caso son profesionales de distintas facetas y negocios que han abierto todos los días desde que se decretara el estado de alarma por la pandemia. Sus vivencias explican como se está cambiando el panorama y muchos hábitos en las compras.

Teresa Izquierdo lleva ya mucho tiempo con su tienda tradicional de comestibles en la Avenida Plaza de Toros. Señala que esta situación la está viviendo de una manera extraña, «como todo el mundo, con la diferencia que trabajamos y no estamos viviendo el encierro como los demás», precisa. Izquierdo señala que las ventas van bien «porque la gente se concentra más en su barrio, pero esto no nos consuela, porque esto al final repercutirá en todos» comenta con mucha preocupación.

En estos días de confinamiento se han incrementados los pedidos por wasapp «se los llevo a la gente más mayor», afirma. También en la Avenida Plaza de Toros se halla la tienda de prensa y revistas, donde trabaja desde hace unos años Juan Francisco Robles. Indica que en estos días se ha notado menos presencia de gente en su negocio «no hay la alegría de otras veces, y donde más noto la bajada de afluencia son los domingos, donde la gente viene a comprar mucho la prensa, y ahora como están en sus casas, no vienen».

Durante el resto de la semana suelen acudir sus clientes más fieles «aunque a cuentagotas», confiesa Robles. Las perfumerías son consideradas como esenciales en este estado de alerta provocado por la pandemia. Eva es empleada de una de las varias que se enclavan en la Corredera de Capuchinos. Constata que, pese a que se ve mucha menos gente por la calle y no entran con tanta asiduidad a la tienda «se suelen hacer buenas ventas, porque la gente, a veces, se gasta más al hacer más acopio de productos que necesitan ahora que están encerrados, por lo que en este aspecto se sube la facturación», explica. También ha notado como varios de sus clientes compran más pintura «suelen adquirirla más tarde, ya con el buen tiempo, pero como están más tiempo en casa, aprovechan para acondicionar sus hogares», añade.

Panaderías

Las panaderías son indispensables siempre y en estos días. Sus empleados guardan las debidas medidas de protección. Suelen hace una gran venta diaria pero «al suspender la Semana Santa y la Romería hemos perdido muchos beneficios porque en Semana Santa venía mucha gente de fuera y nos hacía encargos y en la Romería suministrábamos a las carretas», matiza Mari Carmen Andújar, empleada de una panadería de la calle Los Hornos, quien explica que estas fechas, junto con Navidad son las grandes épocas del año en beneficios.

Las farmacias concentran también a mucha gente porque los fármacos son los garantes para los enfermos «sobre todo por las mañanas», asegura María, trabajadora de la que se ubica en la que hace esquina entre las calles Los Hornos y Las Monjas. Precisa que esta circunstancia se vive «con mucha tensión». Suele acudir mucha gente mayor «aunque también se los llevamos a las personas que están más delicadas».

Las gasolineras están activas, pero trabajadores apuntan a que han descendido los beneficios al disminuir los viajes. En estos días repostan quienes trabajan en algunas empresas cercanas, lo hacen en el campo o circulan en la ciudad para comprar.

Las grandes superficies son las que reciben el mayor número de personas todos los días. Francisco Mora se encarga del almacén de un hipermercado donde se descargan los camiones. Cuenta como al principio de la cuarentena había mucho bullicio, tendencia que ha ido disminuyendo «ahora solo recibo camiones de alimentación, porque los comercios de bazar están cerrados», precisa.