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IDEAL Andújar
Miércoles, 11 de mayo 2016, 08:58
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Borrego agradeció su designación y subrayó que "nuestra romería, a mí no me cabe la menor duda, cuenta desde hace ya más de tres décadas con el noble espíritu que originaría la gestación de esta Peña. Yo le llamaría el síndrome del Portinax. Nombre del pub de Manolo Lopiz y Mari Carmen que diera nombre a la carreta primigenia del grupo, y cuya calentura, aún persiste entre los herederos".
Recordó sus primeros años como peñista en los noventa, "cuando con mis hermanos de Lentisco y Jara comenzamos una relación compartida donde el gusto por nuestras tradiciones, nuestras devociones y nuestra romería vivida entre lazos de familia, la fe y la amistad suponían una tónica común de entender la vida". Se refirió a un rinconero de pro con quien tantos buenos momentos hemos compartido y que ahora contemplamos en su hijo los frutos de tanto amor a la Morenita. "Sin duda el bello cartel de José María González Díaz, hijo de nuestro añorado y recordado José María González Jiménez, es un claro exponente del arte puesto al servicio del amor legado sin tregua". También dijo que sus inicios con el cartel de "Rincón del arte" no fueron muy afortunados, "mi empeño era que la Cofradía hiciera su cartel con el empuje y apoyo de todos los colectivos romeros confiando que todos declinaran la edición de los propios por el conjunto.
Desglosó la imagen del cartel, una imagen fotográfica recogida por uno de los jóvenes del grupo que, además, aspira a vivir como reportero. José María González Díaz tiene prácticamente tantos años como ediciones del cartel, diecinueve. "Coincide que nació bajo el auspicio de cuanto respira y suspira este rincón. Le corre por sus venas, lo ha mamado desde que diera sus primeros pasos. Él y la Morenita tienen un pacto desde antes que él naciera. Por eso la lleva grabada a fuego en su pecho, como una medalla eterna". Su curiosidad e inquietud por todo lo romero era una constante mientras cumplía centímetros de estatura. A la vez, se notaba en su embeleso, que crecía aún más rápido su alma peregrina. Aún no levantaba un palmo del suelo y ya quería llevar una bandera.Menos mal que cuando ya se presentía que abocinaba del mulo solía aparecer la mano compasiva de algún fiscal, de su hermana Alba o la de su padre que para velar por los suyos sí que solía llegar a tiempo".
Respecto al cartel destacó que muestra la mirada con la que mira su autor una instantánea "que está contenida en el diálogo que sostiene la Virgen Morena con el mundo a través de lo que el artista ha querido transmitirnos al capturar esta imagen. No es sólo una fotografía, es el alma de su autor suspendida en el infinito para la eternidad. El cartel es mucho más que un papel con una imagen impresa. Más que un fotograma que inspira nobleza, que sorprende a los sentidos con su incomparable belleza. Lo esencial es invisible a los ojos, ya lo dijo el inspirado poeta, y no hace falta que se vean los anderos, ni las calzadas, ni las carretas, ni la espadaña del Santuario para saber qué se celebra" apuntó Borrego.
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