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Ay, los detalles

Ay, los detalles

La sociedad iliturgitana vive acunada en una esquizofrenia que nos está pasando una tremenda factura, y subrayo lo de tremenda, porque no va a ser fácil salir de este delirio en que nos encontramos donde damos poca importancia a cosas que debieran ser principales, vertebradoras de nuestra vida, brújula de nuestro devenir. Y estamos dando importancia a nimiedades que no conducen a nada sino a que nos enfrasquemos en charcos, sin fondo, sin caudal y sin auténtico destino. Y de verdad la cosa es seria, no son pamplinas.

ALFREDO YBARRA

Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:30

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Es algo que está socavando nuestra esencia colectiva. De esto ya he hablado en diferentes ocasiones y no es ocasión hoy de pormenorizar parcelas que debiéramos mimar para arropar y empujar nuestro desarrollo, nuestra conciencia común y nuestra identidad. Parece que nos da igual so que arre, que no tengamos una cultura sólida y articulada, unos itinerarios, elementales, bien definidos, en los que ir construyendo el desarrollo económico local. Las tradiciones festivas las tenemos de algún modo banalizadas en aspectos en los que tendríamos que profundizar para asentar un corpus singular y de excelencias (con acciones paralelas que las refuercen).

nivel de ir creando o mejorando infraestructuras que nos pongan en el mapa de tal o cual cuestión. Es tanto que, como digo, no hay espacio en esta columna para que charláramos al respecto. Y sobre todo, y es a lo que voy hoy, en Andújar, nos falta una cultura del detalle, ese algo que puede parecer secundario, pero que sin embargo es fundamental a la hora de estructurar algo, y que revela la grandeza, en este caso de una sociedad, la nuestra. Fallamos en eso y no sabemos cuidar detalles muy importantes.

Por ejemplo los iliturgitanos encumbramos a personajes fácilmente, unos que se lo merecen taxativamente, otros tal vez no tanto, y otros nada en absoluto. Sin embargo acallamos a otros, o no le damos el reconocimiento debido. Es el caso por ejemplo del fotógrafo Miguel Angel Sánchez, autor del cartel oficial de la Semana Santa de este año, y que actualmente expuso en El Cafetal una muestra de su trabajo relacionado con la semana pasional iliturgitana. Se trataba de una muestra repleta de calidad y detalles dignos de ser admirados; donde detrás está la mirada de un personaje que se desvive por su pueblo y por sus gentes, que siempre han recurrido a él para mucho, incluso para un roto o para un descosido. Buena persona, desprendido, sencillo, humilde, y por eso grande, ha sido durante años un notario de la actualidad local a través de su objetivo. Y merece nuestro respeto, nuestra admiración y nuestro homenaje.

 

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